Este mes va a tocar madrugar bastante para salir a correr, será por culpa del calor, pero también porque tengo que estar en casa pronto por otros temas.
El despertador a las 6 de la mañana, es mi objetivo durante el verano, y había un riesgo importante para quedarme un rato en la cama haciéndome el remolón, hoy por lo menos tenía la motivación necesaria para que no fuera así.
Ayer salí también a dar una vuelta, tras el entreno de la mañana, a caminar, por la tarde, y no sé si me responderían las piernas demasiado bien.
Para esta semana la idea es correr unos 6km. diarios mínimos, es un mínimo, teniendo en cuenta las temperaturas y el tiempo del que dispongo para correr.
El recorrido iba a ser (por lo menos el que tenía pensado), pillar una avenida de Reus de más o menos 1km. y hacer ida y vuelta unas cuantas veces, de manera que al no estar alejado de casa, podía regresar sin demasiado problema.
El caso es que en cuanto he hecho la ida, he pensado que tal vez no estaría mal hacer una vuelta real, y mirando que tenía tiempo de sobra, me he liado al final.
Vuelta hecha y reloj parado en cuanto he llegado a los 6km.
Por cierto un recorrido con una subida constante, no excesiva, pero sí lo suficiente como para que cueste, entre el calor y la humedad.
El objetivo es de distancia, no de ritmos, he ido lento, constante, pensando que lo realmente fundamental era que no me diera un pajarón y tener que parar.
Mañana un poquito más, la consigna es que cuando suene el despertador me ponga en marcha, sin pensarlo dos veces, cafecito, galletas y a correr (y a partir de ahí que salga lo que salga).
