Seguramente el calor es de lo peor que te puedes encontrar mientras entrenas, otros elementos como el frío, el viento o la lluvia suelen ser más soportables.
Pero el calor, buf, te deja exhausto, necesitas tener la hidratación siempre a ralla, antes, durante el ejercicio y por supuesto también después.
Además de tener esa sensación de que no puedes seguir, de tener que ir más lento de lo normal.
Conseguir hacer los km. que debo a la semana se convierte en una pequeña odisea, las tiradas largas no pueden ser tan largas, y los ritmos a tope tampoco, porque en seguida te da la sensación que llegas al límite.
Es cuestión de tomármelo con más calma durante estos meses.