Toda la noche con muchísimo viento y no ha aflojado, han bajado las temperaturas y además si le añadimos una sensación térmica todavía más inferior.
Al ser domingo, tenía en mente la idea de intentar una tirada larga, pero hoy precisamente no dispongo de mucho tiempo para ello con lo que no he podido entretenerme.
En otras condiciones hubiera considerado marcharme a otra población donde no hiciera viento hoy.
La idea de hacer algo de ruta por ciudad tampoco he creído que sea la mejor de las ideas, así que al final he acabado en la pista de atletismo.
Por cierto, de camino me he encontrado a dos personas corriendo, otra en bici, con lo que no he sido el único loco que ha decidido hacer deporte exterior a pesar del clima.
Correr con mucho viento no le gusta a nadie, pero una vez te pones a hacerlo te entra la risa, no es la primera vez que ocurre y normalmente suelo jugar con el viento cambiando ritmos y demás, pero he preferido tomarme la sesión de otra manera, básicamente mantener el mismo ritmo, lento pero constante.
Y eso es precisamente lo que he hecho, correr lento, en plan muy tranquilo, poniendo a prueba la resiliencia más que la velocidad o incluso la resistencia.
A ritmo suaves es fácil que vayan pasando los km., las vueltas a la pista, a pesar del viento y del frío.
Por cierto para correr a ritmos tan suaves (de más de 5′ el km.) me he calzado las Asics GT 1000, un modelo que es simple, pero pensando sobre todo para esa pronación que creo que aparece sobre todo cuando corro lento.
No son unas zapatillas a las que pedirle demasiada velocidad, no son tan reactivas como otros modelos pero son bastante cómodas y se nota el gel para el tema de la amortiguación.
Cuando el Garmin ha marcado el 10000 en pista he parado y me he metido en el gimnasio a por la elíptica.
El primer 10000 del año ha sido lentito…
