Entrenar con viento se hace a veces tan habitual, que al final ya no sé ni como titularlo.
Correr con viento no es agradable, no lo es, si es con viento en contra, el desgaste energético es enorme si quieres mantener un cierto ritmo, y cuando es a favor, te arrastra de manera que tienes que controlar como pisas.
Hoy el viento soplaba por todos lados, en la pista había una zona que sí que daba alguna tregua, lo que no me ha facilitado las cosas para llegar a conseguir una sesión más o menos decente.
Con las inclemencias del tiempo, viento o incluso lluvia, me concentro sobre todo en aguantar, que parece poco, en mantener un ritmo más o menos decente, pero que no me cueste en exceso, ser constante, y eso es precisamente lo que he intentado hoy.
7Km. al mediodía y listo para volver al trabajo a la tarde, sin más.
Días como hoy no sé si me hacen mejor corredor, sinceramente, creo que tal vez me ayudan a ser más resiliente si llega a aparecer alguno de estos contratiempos en carrera nada más, pero no me imagino compitiendo con fuertes rachas de viento sinceramente, lo de la lluvia ya es otra cosa.
Lo importante hoy es que a pesar de eso puedo añadir a mi casillero unos cuantos km. más y la recarga de pilas típica de cuando corro, que eso es, y creo que siempre será, lo primordial.