Ayer día de descanso, las piernas necesitaban un respiro después de tres días, y la verdad es que me ha sentado genial, porque esta mañana tenía ganas de running, pero el viento ha hecho que cambiara la idea de trotar en la calle por la de volver a correr en pista.
El viento es uno de esos elementos que puede ser un enemigo o un aliado, y me explico, en los entrenamientos puede ser un aliado porque te prepara, sin embargo en carrera es una adversidad y de las pesadas.
Lo mejor de hoy es que no me ha costado demasiado poder correr un 10000 en 45 minutos, a pesar de que soplaba bastante, he ido disfrutando en algunos momentos, incluso, a ritmo de la música, en una de esas sesiones que requieren una cierta exigencia.
Se nota que mañana no correré, tengo otros compromisos, así que podré recuperar de cara a la tirada larga del domingo, que tendrá que ser la más dura, antes de la mitja marató de aquí 15 días justos, ahora mismo ya me siento bastante preparado, sólo me quedan unos retoques…