No hay nada peor para un runner que estar lesionado, esa mezcla entre frustración, rabia y miedo por no poder correr y no saber el tiempo que tardarás en recuperarte.
Precisamente por eso, cuando vi que el dolor no desaparecía y que iba a más al trotar, me asusté bastante, ya estaba pensando que era cosa del «piramidal» y casi pidiendo hora para el trauma y la fisio.
Pero al final nada de eso, un pequeño susto que me ha obligado a reposar unos días, hasta que el dolor ha desaparecido por completo, he sido prudente al final, pero eso me ha servido para regresar a los entrenamientos.
Hoy no tenía expectativas muy elevadas, simplemente trotar, cubrir un mínimo de 5Km. (por aquello que cumplir con el reto de Strava de la distancia del mes…) y ver qué tal me encontraba.
Y las sensaciones han sido geniales, todo lo que sea no tener molestias, a sentir la alegría de volver a correr de nuevo, a pensar en la San Silvestre de final de mes, etc.
Después de los 5Km. he hecho unas cuantas vueltas más, en plan algo más tranquilo, unos estiramientos y a casa a preparar la comida, a reposar antes de volver al trabajo, con una sonrisa, porque vuelvo a correr otra vez.