Mis entrenamientos no son ortodoxos, pienso más en evadirme, en disfrutar de la combinación de música y deporte que no en trabajar de manera específica, incluso si algún día tengo planeada una tirada larga, puede convertirse en unas series al final…
Esa improvisación cuando no tienes un objetivo específico, tampoco es algo que me vaya mal del todo, porque al final la idea es ir acumulando km.
El caso de hoy es curioso, hay un día a la semana que me gusta perderme por ahí, buscar algún sitio apartado, si puede ser rodeado de naturaleza y simplemente disfrutar del running.
Los jueves se están convirtiendo en ese día, suelo trabajar dos cosas ese día, por un lado las cuestas, que suponen un reto, elijo rutas que estén llenas de subidas, intento mantener ritmos e incluso esprintar hasta llegar a la cima… pero eso supone tener que ir parando de vez en cuando, porque acabas hecho polvo.
Y la velocidad, porque todas cuesta al volver es una bajada, y ahí me gusta pisarle a fondo, aunque tampoco me he pasado hoy, simplemente me he quitado la espinita de ayer de correr lento (psicológicamente ir a menos de 5’/km. es un poco mi barrera…).
