Hoy otro entreno, otro más en la pista de atletismo, otra carrera continua, otros 10Km. y algo para cubrir el expediente y seguir disfrutando.
Algunos me preguntan si no me aburre o si no hay como un cierto efecto «hamster» corriendo en la pista de atletismo, mi respuesta es rotundamente no.
Bromas a parte, lo de ser Local legend de la pista de atletismo dels Ploms en Strava es una anécdota, pero no hace más que evidenciar donde hago la mayoría de entrenamientos, tal vez por necesidad (por la hora en la que entreno…) y sobre todo por comodidad.
Es un lujo poder correr en invierno con camiseta y pantalón corto, no es que no pueda hacerlo por la calle, pero ahí siempre llamas un poco más la atención, no es lo que busco.
Es el único espacio donde realmente puedo concentrarme y disfrutar del running sin tener que pensar en el resto de mundo, me pongo los cascos con la música y puedo abstraerme totalmente, aquí no hay coches, ni peatones, ni semáforos.
Puedo experimentar todo lo que quiera, hacer sprints, carreras, ejercicios varios, tengo un gimnasio al lado por si lo necesito, lavabos, duchas, etc.
Y me siento en casa, siempre digo que la pista de atletismo es mi segundo hogar, un lugar en el que me encuentro a resguardo y muy a gusto.
Tal vez por todo ello nunca he tenido esa sensación de hamster cuando doy vueltas y vueltas a la pista en cualquiera de las sesiones que me monto.
Un apunte especial es el de disponer de una pista de atletismo que esté en la ciudad, en otros poblaciones tienen que desplazarse a las afueras, a algún barrio, y en mi caso no es así, está a mano, cerca de casa, y es una auténtica suerte la verdad.
Si a eso le sumamos que nunca está masificado, la pista de atletismo se transforma en un paraíso.