Hoy es Blue Monday, uno de esos días que señalan como el más triste del año, porque es el primer lunes tras las vacaciones navideñas…
Sinceramente es otro día más, pero con ese añadido que tiene el running, de convertir cualquier día triste o soso en un día espectacular, llenarse de endorfinas y sonreír.
Así que para mí el Blue Monday en cuestión no lo ha sido tanto y sí un lunes muy esperanzador en cuanto a número de km. a cubrir esta semana.
En mi sesión me ha vuelto a acompañar el viento y el frío, esta vez sí, con sudadera Kalenji, pantalón corto (eso no cambia) y mucha paciencia para que las rachas no hicieran que me detuviera a las primeras de cambio.
Por supuesto a un ritmo muy discreto, porque no estaba el panorama como para ir haciendo excesos, y muy consciente de que la pretensión era conseguir el 10000 mínimo para hoy.
Me estoy aficionando mucho a correr 10Km. en mis sesiones, ya sea en calle o en pista, y eso está bien, al menos la sensación es de estar en forma.
Con mejor tiempo hubiera tirado un poquito más, tanto en distancia como en ritmo (pero le doy he visto bueno a lo de hoy).
Creo sinceramente que entrenamientos duros, en los que poner a prueba la resiliencia, el aguante, son muy positivos, ya no solamente cuando me encuentre obstáculos en las carreras, también cuando todo sea plácido, porque no tendré que esforzarme tanto (o por lo menos parecerá así) para conseguir mis objetivos.
Y hablando de objetivos, de momento estoy pensando que este año puede ser idóneo para enfrentarme a competiciones con una distancia considerable, pero ya veremos, me encantaría aumentar la cantidad de medios maratones, aunque quiero ser prudente y no arriesgar.
De momento comienzo el año con ganas pero sin definir demasiado lo que quiero en este 2023…
