Noche de bochorno, de humedad, de calor infernal, de tener el ventilador (no tengo aire acondicionado, porque me reseca la garganta), de que te alarmen en las noticias con la ola de calor…
Tengo ganas de correr, muchas ganas, de hacer «algo«, unas vueltas, una ruta por ciudad, lo que sea, y soy consciente de que solamente podría lograrlo si madrugo, porque correr al mediodía ya no lo puedo considerar ni una proeza, sería un suicidio, y hoy tampoco puedo a última hora…
Sólo hay una opción, madrugar para correr antes de ir a trabajar.
Despertador puesto a las 5 (si me levanto a esa hora es para correr por ciudad), pero no lo he conseguido.
Despertador puesto también a las 6 (para ir a la pista que abren a las 6:45)… Me ha costado, pero al final lo he conseguido.
Entro puntual, todavía no ha salido el sol, escondido entre cuatro nubes mal puestas que se disiparan de aquí un rato, aún así la humedad es considerable.
Asics puestas, algunos estiramientos, y a trotar…
Voy bien, me acompaña esa playlist de canciones variadas y «rarunas» que me he currado en Spotify, lo pongo en orden aleatorio para que me sorprenda un poco y no se me haga monótono.
Paso el 5000 con la esperanza de conseguir hacer otro 5000 más, pero cuando llevo media hora corriendo y 6km. en mi cabeza hay una vocecita que me dice que ya está bien, que esto es solo para comenzar la semana y que tengo mucho que hacer hoy…
Con este calor no sé qué voy a hacer, cada año es lo mismo, y yo me resigno a tener que dejar de correr y hacer otras cosas por culpa del clima.
De momento madrugar para aprovechar que las temperaturas todavía no son muy altas es el truco, aunque cueste un esfuerzo.
