Comilona en el buffette japonés, día que se presentaba un poco sedentario, vacaciones… además con un viento tremendo que no invitaba a hacer ningún tipo de actividad y a quedarse en casa.
Pero por la tarde me han podido las ganas, he salido, y al final he estado una horita por ahí, entre la multitud de la gente que apura las compras y el viento, se ha hecho un poco complicado correr.
De hecho he tenido que buscar esos circuitos habituales para evitar precisamente estar con mucha gente, y además he corrido con la mascarilla, lo que le ha sumado dificultad a todo.
Entre el viento, la mascarilla, la riñonera del Decathlon (que por cierto va de fábula para meter el iPhone SE que es el que llevo encima a veces cuando entreno), los pantalones largos… tampoco se le podía pedir mucho a la sesión de hoy.
Sigo arrastrándome, sigo muy lejos de mis tiempos de antes, pero disfruto muchísimo más, porque en cada lesión temes que pueda ser la última vez que corres, y eso me rondaba por la cabeza precisamente cuando tuve mi problema de menisco.
Ya habrá tiempo de seguir mejorando, de planificar, de tiradas largas y series… ahora me limito a disfrutar, a intentar que el viernes sea un día espectacular gracias a la San Silvestre, aunque corra más lento de lo normal, esta vez solamente pienso en pasarlo bien.