Normalmente suelo comenzar el día 1 de enero de cada año corriendo, voy a por unos churros para desayunar… pero este año… no.
Ya acabé el 2022 con algo de dolor de garganta, lo que me impidió correr una de las dos San Silvestres a las que me había apuntado.
Y el día 1 preferí no forzar demasiado, a lo mejor peco de prudente y no pasa nada si sales a entrenar cuando estás resfriado, cosas de la edad quizá.
El caso es que he tardado en volver a las sesiones de entrenamiento, no ha sido hasta hoy, que me he calzado las zapas, para echar un 5000 en la pista.
Para conseguirlo, aprovecho el mediodía, que es cuando puedo trabajando a turno partido, a la una del mediodía, con una temperatura algo más agradable (en manga corta).
Como un par de sandwiches y una banana antes de correr, para tener la energía suficiente.
Alguien dirá que correr 5km. puede ser una tontería, que para eso mejor quedarse en casa, pero yo creo que es al revés, que es mejor hacer poco que no hacer nada, que esto es un tema de constancia, de ir pasito a pasito, y hoy precisamente ha sido muy simbólico porque se trataba de ponerle al casillero los primeros del 2023.
Todavía sin un objetivo claro ni ninguna carrera en concreto en el horizonte, parece que es cuestión de ir acumulando…