Ha sido una experiencia fantástica correr por primera vez con el Ipod Shuffle, ha sido como si tuviera un MP3 tatuado en la pierna, porque es como si no llevara nada, como si corriera sin ningún tipo de peso.
Sólo he hechado de menos lo de la voz cantándote los km. (si pudieran hacer algo como lo del Ipod Nano pero con las dimensiones del Shuffle, sería la bomba!).
Me he animado tanto, que incluso me he atrevido a dar dos vueltas al circuito habitual (46’36), 10 km y algo más, y entre el verde de la naturaleza, y la música celta, había veces en que no sabía si estaba en Pallaresos, o en Irlanda.
Creo que se abre una nueva etapa de esperanza para mí, y de ilusión por «hacer algo más» en esto del running.
