Correr con frío no es un problema, basta para ello ir convenientemente abrigado con sudaderas, o un polar, y unos pantalones largos o mallas, guantes, gorro…
El verdadero problema nace, cuando estamos en casa, y pretendemos ir a correr, sabiendo lo calentito que se está en el hogar, y las temperaturas tan bajas que hay ahí fuera.
Es esa pereza que te entra cuando tienes que despertarte un domingo por la mañana para rodar, y te quedas en la cama dando vueltas, tapdito…
La verdad es que para correr, y creo que es una opinión muy personal, la mejor época del año es en primavera-otoño, cuando las temperaturas son suaves, y sin sobresaltos, ni por arriba ni por abajo…