No voy a correr la Mitja Marató de Tarragona de mañana.
Los 14 días de diferencia entre una y otra media no han sido un problema, ni las rozaduras, ni las ampollas, pero sí un fuerte catarro que apareció justo ayer, y que me ha tenido muy débil durante las últimas horas, obligándome a guardar reposo.
La fuerte congestión nasal, y el malestar general no han desaparecido, a pesar de tener serias esperanzas de que fueran desapareciendo los síntomas del resfriado.
Eso hace que ponga los pies en el suelo, los corredores también somos humanos, y por muy buena salud que tenga uno, a veces hay que pasar por estas cosas.
Me hacía mucha ilusión correr la Mitja de Tarragona, pero tendrá que ser el año que viene: «Qué hi farem!», o lo que es lo mismo, que le vamos a hacer.
