Como la pista de atletismo de los Ploms ha estado cerrada, he vuelto a correr en asfalto, y la verdad es que he recuperado un poco aquellas sensaciones del «runner de calle», de ir por lugares nuevos, de descubrir nuevas rutas, de poder salir de la ciudad, de rodearme de bosques, de lugares inexplorados.
Aquel factor sorpresa que hace que un entrenamiento no sea algo monótono, buena música y paisaje para cargar las pilas a primera hora y ser capaz de hacer cualquier cosa el resto del día, esa es mi prioridad, pero también tengo que deciros que en un mes he mejorado sensaciones y registros, y que me siento con la fuerza de un chico de 20 años (a pesar de tener casi 40 …).
Este junio promete bastante también, volveré a la pista, pero no dejaré de lado la calle, porque disfruto muchísimo, sobre todo cuando aprieto, y voy mejorando los ritmos, cuanto más rápido más feliz, la velocidad definitivamente me hace sentir muy bien, y al final deberé creerme que todos los récords y marcas personales están para batirlos.