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Volver a respirar…

Por fin … ya podemos volver a respirar el aire de nuevo, al menos de quitarnos de encima esa sensación claustrofóbica, de poder salir a correr, a caminar, a montar en bici, aunque sea por unas horas, la espera se ha hecho larguísima.

Un sábado o domingo normal como ayer o hoy podía ser para mí salir a practicar deporte, estar con la familia, y quedar con amigos, esto último aún no será posible, pero al menos las dos primeras cosas sí, los días de fiesta ya lo parecen de verdad.

El primer día en que nos han dejado salir, he aprovechado para madrugar, y por ello al toque de campanas de las 6 de la mañana, puntual, dejaba mi casa atrás y me dirigía hacia la plaza Mercadal de Reus, inicio simbólico de mi sesión de running post apocalíptica, o de la nueva normalidad, según se mire.

Hay que decir que he tenido dudas sobre llevar o no la mascarilla, este sábado la llevaba encima y el entrenamiento, aunque no era muy agradable, era soportable, pero hoy domingo he decidido no hacerlo y sentir así de nuevo las sensaciones de respirar de verdad.

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Entre hacer deporte las primeras horas de la mañana o decidir esperar al atardecer, yo soy de los que prefiere madrugar, siempre me ha gustado mucho más, pero igualmente probaré un día de estos de hacerlo a partir de las ocho de la tarde, que debe tener también un cierto encanto especial.

Las imágenes de Barcelona, ​​o de cualquier otra gran metrópolis, llena a rebosar, dan un poco de miedo, pero Reus es pequeña y todavía puedes encontrar algún lugar menos concurrido, aunque hay rutas que se llenan enseguida, incluso aquellas que pensaba que solamente conocía yo, y que resulta que son vox populi, la ruta dels itineraris dels 5 camins, al menos en su punto inicial (cuando llegas a la altura de Castellvell no te dejan pasar de tu municipio…) llena como nunca de corredores, ciclistas y personas caminando, algunos con mascarilla, otros sin, intentando respetar la distancia de seguridad (imposible casi siempre hacerlo…).

Y la gente en sus rostros parece tener una mirada de esperanza, de cierta ilusión, de un poco de felicidad después de que nos hayan quitado (posiblemente de manera necesaria) unos meses de nuestras vidas.

Queda mucho por hacer, todavía no hemos superado nada, pero al menos que nos hayan dejado volver a hacer lo que algunos queríamos más como es el running, el ciclismo o ir a dar un paseo, pues ya es mucho y hace que el futuro se encare de una manera más optimista.