Es desesperante no poder correr todo lo que quieres por una lesión, peor sería no poder correr absolutamente nada, por lo menos con un 5000 en pista tengo lo que necesito para recargar pilas, pero el cuerpo me pide siempre más.
El dolor de la hernia no es insoportable (no es un dolor de un cólico nefrítico o una migraña) pero es muy incómodo y punzante.
A los 500 metros de trote aproximadamente va a menos hasta desaparecer, lo que se me hace algo extraño, por eso estos entrenos van de menos a más, de peor a mejor en cuestión de ritmos.
Es muy difícil ir a buen ritmo si duele y posiblemente innecesario.
Ya a estas alturas, aunque nos encontramos en un mes de agosto con poca actividad de carreras, sé que me voy a perder algunas de ellas, la primera es precisamente este sábado, la Cursa del Seguici de Tarragona, no son muchos km., es una cursa preciosa que acaba en la Catedral, pero que no puedo hacer, no quiero arriesgarme a que me duela…
En septiembre la Peonada es otra de ellas, y todo dependerá del dolor, y por supuesto de la fecha de operación y demás, este año no me planteo prácticamente nada hasta no estar recuperado.
De momento otro 5000 sumando poco, pero sumando, combinando sesiones de running como la de hoy con gimnasio y cacos, aunque son más caminatas que correr…
Un luchador se nota que es un luchador no por cuando todo está bien, sino en los momentos complicados, duros, difíciles, ahí es donde se nota que uno es un luchador…
Bueno, me ha quedado perfecta esta cita improvisada en el post, pero lo cierto es que hay momentos en los que anímicamente estoy un poco tocado.