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Madrugar para correr

Uno de esos placeres indescriptibles es cuando te levantas muy temprano para salir a entrenar, cuando no coincides con mucha gente y tienes la oportunidad de tener otra percepción totalmente distinta del resto del día.

Siempre trabajo de tarde, y esto me permite normalmente no tener que despertarme excesivamente pronto, salvo alguna excepción, como hoy, en la que mi mujer me ha pedido expresamente que vaya con ella a caminar a partir de las 9.

Así que para hacer que correr y caminar con ella sea posible, he tenido que madrugar, a las 6 estaba saliendo por la puerta.

Madrugar para correr, ese placer recomendable para todo el mundo, antes lo hacía en ayunas, sin tomar absolutamente nada, ahora eso es impensable, mi café y mis galletas, combustible necesario para poder tirar durante unos cuantos kilómetros.

Las sensaciones son increíbles, como no hay mucha gente a esa hora te permites el lujo de creer que la calle es tuya, además la temperatura era muy fresca.

En mi caso, he optado por un circuito totalmente urbano, me faltaban 5km., y los he completado de una vez, ritmo tranquilo, no tenía otra pretensión, y al finalizar, he añadido otro más al contador.

De esta manera he podido estar a punto para la cita de las 9, una buena caminata de 6,5 acompañado de la persona a la que amo, desde luego el viernes empieza de una manera fantástica, ahora me espera un fin de semana con vacuna incluída.