Cuesta volver a correr después de un día sedentario, de esos en los que no tienes actividad alguna, por las circunstancias que sean, pero aún más después de dos días seguidos sin entrenar.
Es como volver a comenzar, volver a empezar, quitarse de encima esa sensación de que un día perdido es mucho, ya se sabe aquello de que es más fácil perder la forma que ganarla.
Esta mañana me he puesto en marcha a las 6 en punto, literalmente, a esa hora comenzaba a correr, sin móvil, solamente el reproductor Mighty para llevar mis playlist de Spotify, el Garmin para registrar lo hecho y eso sí, con sudadera y chaleco porque el frío era notable esta mañana, 1ºC con sensación térmica más baja seguro.
Esa humedad y ese frío no ayudan demasiado, aparecen flatos, dolor de espalda, todo este sufrimiento de estos días pasará en cuanto tengamos buen tiempo, pero de momento hay que aguantar.
El ritmo después de un día o dos de parón es bastante peor, tengo que procurar que no pase más de un día entre entrenamientos y sobre todo que el día de descanso, no sea sedentario del todo, que sea de descanso activo, algún paseo, etc. de todas maneras esta semana ha estado muy condicionada por las circunstancias familiares.
